La startup del siglo

Cómo fundar la empresa más valiosa de la historia

Tenemos la oportunidad de armar la startup del siglo, quizás la mejor startup de la historia. Te cuento de qué se trata pero no le digas a nadie. Avisame si te interesa y la hacemos juntos.

Hay muchas guías para encontrar ideas para startups, pero una idea con alto grado de éxito es facilitar o reducir los costos de hacer algo que las personas ya hacían con mucho esfuerzo. Los proyectos que no cuadran con esa propuesta suelen salir mal.

Imaginá que descubrís una tecnología que estima el dulzor de un helado a partir de una foto. Comentás la idea a tus amigos y les entusiasma, imaginás usarla y sentís que la necesitás. Te arremangás, desarrollás la aplicación y, para tu sorpresa, nadie la usa. 

La idea suena divertida, pero en la práctica tenemos atención limitada y, por lo tanto, usamos una ínfima proporción de las aplicaciones divertidas (aunque sean gratis). Reflexionando, notás que casi nadie se pregunta por el dulzor del helado antes de pedirlo, y las pocas personas que lo hacen tienen una solución más sencilla que descargar una aplicación, sacar una foto, subirla y esperar, que es directamente pedir probar el helado. 

Es improbable tener éxito solucionando problemas que la gente no tiene. Los celulares y las redes sociales crearon nuevas necesidades, pero el éxito en ese camino es de uno en un millón. También es difícil tener éxito solucionando problemas que la gente podría llegar a tener pero no dedica mucho esfuerzo a solucionar. El costo de hacer las cosas de manera distinta ya es una barrera de entrada, y es muy difícil convencer a una persona ocupada y distraída de leer, cliquear y pagar lo que haga falta para resolver un problema que ni siquiera le interesa lo suficiente como para dedicar esfuerzos significativos para resolverlo.

A diferencia de la idea del helado, la fórmula del “ahorro” está condenada al éxito. Imaginá que los comerciantes invierten miles de dólares en trámites engorrosos de importación y exportación, y que de pronto aparece una tecnología que resuelve los mismos trámites en un par de horas por apenas diez dólares. Ya sabés que la necesidad existe y que la gente se esfuerza en resolverla. Construir y ofrecer la nueva solución es suficiente para acaparar un mercado gigante. Así nació Flexport, una empresa de logística que vale miles de millones de dólares.

Para empezar, hay que identificar una necesidad que la gente esté resolviendo a un costo excesivo. Cuanto más excesivo sea el costo, más fácil será encontrar una solución más barata. Identificar un problema que se solucione con costos excesivos debería despertarnos la alarma de ponernos a trabajar inmediatamente en una solución más barata. Cuando aparece nueva ciencia o nueva tecnología, se abre la oportunidad de resolver problemas usuales más fácilmente. Descubrir un “clic” entre los nuevos conocimientos y las viejas soluciones es ganar la mejor lotería.

Stripe identificó que las transferencias bancarias tenían costos excesivos y los abarató con servicios de software en la nube. AWS vio que mantener servidores en las propias empresas implicaba el costo excesivo de tener recursos inactivos constantemente, y los abarató alquilando servidores bajo demanda. Google notó que encontrar buena información en internet requería demasiado tiempo y esfuerzo que podía ahorrarse con una buena indexación de las páginas web. Actualmente, todas esas empresas valen miles de millones de dólares. Cuanto más ahorra la nueva solución, más valorable será la nueva empresa, y cuanto más excesivo sea el costo de la vieja solución, más fácil será encontrar alternativas baratas.

Hecha la introducción, te cuento mi idea. Hay una necesidad que ya estamos resolviendo a costos absurdamente altos delante de nuestras narices. Preparate porque es la mejor oportunidad de negocio de la historia. Estoy hablando de nada más y nada menos que los sistemas económicos.

Al igual que las empresas de logística o las plataformas digitales, los sistemas económicos son sistemas que resuelven una necesidad específica. En lugar de coordinar el transporte o gestionar transferencias bancarias, los sistemas económicos coordinan e incentivan la producción y distribución de bienes y servicios. Resulta que el sistema económico actual tiene un sinfín de costos excesivos que podríamos ahorrar.

De hecho, las empresas como eBay o MercadoLibre ahorran costos excesivos de una etapa de la economía de mercado que es la compraventa. Observaron que encontrar un producto de buen precio y buena calidad es algo costoso que hacen todos los compradores, y ofrecen catálogos y filtros que abaratan el proceso. Naturalmente, se transformaron en empresas multimillonarias. 

Todavía podemos dar un paso más haciendo una pregunta más profunda. Si identificamos la necesidad económica más fundamental, es decir, qué necesita una persona para vivir bien y ser feliz, identificaremos de un tirón todos los costos excesivos del sistema económico para descubrir la veta de negocios más rica de la historia.

La lista de requisitos no sería larga. Creo que lo más fundamental es tener alimentos y un lugar para vivir. Después, para ser feliz es importante formar parte de una comunidad y ser bien recibido por la misma. Más allá de eso, el acceso a la salud y alguna forma de ocio como el ajedrez, la música o el arte cierran una lista tentativa de requisitos fundamentales. Probablemente la lista anterior sea insuficiente. Por las dudas, multipliquemos por 10 la cantidad de requisitos, igual serían pocas cosas1 .

El sistema actual está lejos de resolver la lista de necesidades que propusimos para todas las personas, pero incluso si lo hiciera, la estructura de costos para lograrlo es abrumadoramente alta. La solución actual requiere corredores de bolsa, actuarios, abogados y comerciantes. Requiere empresas de logística, transferencias en la nube, servidores bajo demanda y plataformas de búsqueda. Requiere guerras, viajes al espacio de multimillonarios, rascacielos y catedrales. Requiere, como mínimo, cuarenta horas semanales de las personas que participan del sistema. La lista de costos excesivos debería encender una alarma que nos lleve a preguntarnos cuáles podemos ahorrar con la tecnología y los conocimientos actuales. Lo dicho hasta acá podría ser una conclusión suficiente para este ensayo, pero me gustaría decir algunas cosas más.

La mayoría de los costos enumerados en el párrafo anterior dependen de dos factores. Por un lado, hay ineficiencias en los mecanismos de alineación de incentivos a gran escala por parte de la economía actual que producen guerras, gastos innecesarios en actividades legales y financieras, y el gasto innecesario de que algunos empresarios obtengan ingresos estelares. Por otro lado, la carrera armamentista reputacional que surge naturalmente de la hiperconectividad social lleva a buscar ascensos, mudanzas a barrios finos, cenas caras y compras superfluas. A nivel sistémico, satisfacer la carrera reputacional lleva a tener agencias de moda y publicidad, celulares y todo lo que hace falta para producir celulares. 

En otros textos hay exposiciones más finas de cómo estos dos factores surgieron y cómo generan costos sociales innecesarios. La ciencia actual permite comprender cómo funcionan y por qué se rompen los sistemas económicos, y estoy seguro de que la tecnología actual permite abaratar una buena porción de los costos innecesarios. 

Muchas religiones atacan los costos excesivos del mercado, especialmente que la buena vida en comunidad puede prescindir de un sinfín de bienes y servicios que produce el mercado cuando uno se aparta de la sociedad y la carrera armamentística reputacional. Desde los monasterios antiguos hasta los circuitos budistas, desde los menonitas hasta Osho, ofrecer bienestar comunitario a menor costo material es un modelo de negocios que funciona tan bien que es peligroso. Los peligros y problemas de las religiones nacen porque las comunidades se apartan mucho de la sociedad y esto las vuelve más manipulables2 . Además, las religiones no pueden resolver los problemas anteriores en gran escala, pero hay cambios en la red social que sí podrían resolverlos3 .

Personalmente, aventuré una serie de ideas sobre cómo resolver o mitigar esos costos sin los efectos adversos que tenían las soluciones anteriores. El premio es tan grande y la tarea es tan importante que arriesgarme a fracasar en este proyecto vale la pena. Diría más. Estoy convencido de que fracasar vale la pena, por lo mucho que enriquece dedicarse a este proyecto. No sólo se trata de aprender sobre sistemas complejos, incorporar perspectivas integrales y actualizadas de cómo funciona la sociedad, o ejercitar habilidades técnicas fundando redes nuevas. También se trata del grupo humano que se está nucleando en torno al proyecto, gente de fuertes intereses técnicos y humanos, personas con ganas de cambiar al mundo en serio. Tenemos un diagnóstico que comprende de dónde nacen los costos excesivos del mercado, y entendemos qué hacer para abaratarlos. La tecnología existe. ¿Te interesa?

Buen Sábado!

Soy Juan, escribí la nota de arriba. La semana pasada escribí un ensayo que explica la propuesta y cuenta cómo salvar al mundo en pocas páginas. Podés leerlo en pdf o encontrar una versión epub en la web de textos teóricos.

El ensayo se llama “La reforestación social”, es muy corto, y explica cómo las grandes crisis de la humanidad pueden rastrearse a pocos cambios de nuestras redes. El diagnóstico es esperanzador porque los problemas son más sencillos de lo que parecían.

Resume muchas ideas que no suelen tenerse en cuenta. Sentite libre de compartírselo a las personas que podrían interesarse. Si algo de lo dicho hasta acá te resuena, ponete en contacto y charlamos.

Si estás leyendo esto, seguro que algo de este esfuerzo te parece valorable. Todo está hecho a pulmón. Contarle del proyecto a ese amigo que sabés que se interesaría o recomendar esta newsletter a gente que podría leerla es tirar un centro que nos ayuda muchísimo.

Te mando un abrazo grande y espero que disfrutes este sábado soleado,
Juan
Filosofía del futuro

1  Tenemos la ilusión de necesitar más cosas, pero suelen ser medios para los fines que hemos enumerado. Por ejemplo, el consumismo nace de una “escalada armamentista” reputacional y dinámicas de redes que impiden que alcancemos la buena vida comunitaria, como si fuéramos ratones en una rueda de correr. Hay más información al respecto en el ensayo de “La reforestación social” y en los libros de economía y psicología para redes.

2  Ver los conceptos de márgen de ganancia y márgen de obediencia en los capítulos 1 y 2 de Patrones: economía para redes.

3  Esta idea se expone en el ensayo “La reforestación social”.