Organizar una cena

Usando sistemas complejos

La Cena de Schelling1

Un anfitrión recibe veinte invitados para una cena, diez mujeres y diez hombres. Debe asignar asientos en una sola mesa de veinte lugares. Tiene la certeza de que los invitados prefieren cenar mezclados balanceadamente entre hombres y mujeres, y quiere que todos los invitados se sientan a gusto.

Mesa con asientos libres.

Asigna asientos como muchos de nosotros haríamos: mujer, hombre, mujer, hombre, etc, y concluye que no habría manera de mezclarlos más y que hizo un buen trabajo.

Un modo de repartir asientos.

Al rato se pregunta: ¿Cuán mezclados se sienten los invitados? o ¿Cómo perciben los invitados cuán mezclados están?

Para responder no debemos pensar en la disposición general de sus posiciones, sino con quienes podrá interactuar cada invitado. Llamaremos a esto el vecindario de un invitado: el grupo de personas que ve y a las cuales reacciona2 .

Naveguemos tres opciones3 .

(1) El vecindario de un invitado está compuesto por cualquiera que esté sentado en la mesa. Así, cualquier hombre ve nueve hombres y diez mujeres. Cualquier mujer ve nueve mujeres y diez hombres. Siéntense cómo se sienten, cualquiera experimentará su vecindario como mezclado.

Vecindario igual a toda la mesa.

(2) El vecindario de un invitado está compuesto por quien se sienta a su derecha y quien se sienta a su izquierda. Al sentarse intercaladamente, el vecindario de cualquier invitado será de dos hombres o dos mujeres. De cualquier forma, todos percibirán un vecindario lo menos mezclado posible.

Vecindario contigüo.

(3) El vecindario incluye a quienes se sientan a la izquierda, derecha, y quienes se sienten en frente. Independientemente de qué forma tenga la mesa, las preguntas que deberíamos hacer serían: ¿qué tan mezclado está su vecindario? o como estuvimos evaluando, ¿qué tan balanceado está su vecindario entre la cantidad de hombres y de mujeres?

Vemos en este ejemplo que, aunque el anfitrión se esmeró en mezclar balanceadamente a los invitados, no fue suficiente para asegurar que todos perciban una cena mezclada. La percepción de los comensales depende de la forma de sus vecindarios.

El anfitrión representa a cualquiera que desee afectar la vida de un grupo de individuos y cometa el “error” de solo basarse en la imágen macroscópica. 

La imágen macroscópica (la de toda la mesa) no siempre describe precisamente la micro-experiencia de los individuos que la habitan. El concepto (o puente) que explica estas diferencias es lo que definimos como vecindario

Además, aunque postulamos el vecindario como una característica fija (y desconocida) del sistema, también es una dimensión de intervención hipotética: se podría impactar la experiencia individual forzando un cambio en la forma de los vecindarios.

Este texto es un intento de ejemplificar la relación o distancia entre los fenómenos macroscópicos y microscópicos de los sistemas sociales. Introduce conceptos y situaciones hipotéticas que, con suerte, serán útiles para problematizar otras preguntas.

Un Modelo Simplón de Depresión Colectiva

Estando cómodos con la noción de vecindario, podemos hacer un giro. Trabajemos otro ejemplo, sin la intención de argumentar que es verosímil, con la intención de ejemplificar cómo pueden desarrollarse modelos más profundos sobre los sistemas sociales.

Tomemos una red social y a todos los individuos que participan de ella. Simplificando, diremos que cada usuario representa un individuo y que su vecindario está compuesto exactamente por las personas a las que sigue. En este ejemplo, un usuario puede seguir a alguien que no lo siga de vuelta. Asumamos, para construir seguir construyendo el ejemplo, que un individuo está satisfecho cuando tiene más likes que la mitad de su vecindario. 

Llamamos modelo basado en agentes a las formalizaciones como esta, que desagregan un sistema social y lo formalizan como un conjunto de individuos con reglas claras de interacción. 

Terminemos de elaborar este ejemplo con una última suposición: al seguir a alguien nuevo (o al agregar alguien a su vecindario) la mayor parte de las veces los individuos eligen a alguien con más likes que sí mismos. Se pueden imaginar mecanismos que lleven a este resultado, sean algorítmicos o comportamentales. Por ejemplo, un algoritmo de recomendación suele recomendar seguir usuarios más virales o populares. La red, automáticamente, induce vecindarios que condenan a la insatisfacción (en el sentido que definimos de satisfacción). 

Un posible vecindario de likes.

Así como en el primer ejemplo llegamos a que todos podían quedar insatisfechos incluso cuando macroscópicamente parecían satisfacer sus preferencias, aquí podemos llegar a una conclusión similar. Por definición matemática, la mitad de los usuarios tienen más likes que la otra mitad. Sin embargo, la dinámica que introdujimos hace que muchos de los usuarios en la mitad superior perciban un vecindario que lo supera en likes y que por eso estén insatisfechos. 

Este segundo ejemplo nos deja en un nuevo lugar. Podemos considerar los vecindarios como características flexibles e individuales y en el cual su dinámica depende de algún otro mecanismo. Vimos como la micro-experiencia (de insatisfacción) individual sobre la estructura macroscópica está dinámicamente desviada de una realidad macroscópica. A esto lo postulamos como un modelo simplón de depresión colectiva. Hemos construido la base de un modelo basado en agentes.

Lo central de esta exposición no son estos dos ejemplos, sino el enfoque. La noción de vecindario y la observación de que la experiencia local de las personas depende de su vecindario y no de propiedades globales del sistema es profunda. Debemos aprender que los vecindarios no son estáticos sino que pueden cambiar y con ello distorsionar nuestra percepción y satisfacción.

Es evidente que los problemas que enfrentamos hoy requieren un mejor entendimiento de los sistemas sociales. En el siglo XXI, la naturaleza virtual de nuestra vida social hace a nuestros vecindarios más flexibles y manipulables que en cualquier otro momento de la historia. 

La intención de esta nota es acercar una forma actualizada de producir hipótesis en el campo de las ciencias sociales. La distancia entre los fenómenos macro y micro es estudiable y formalizable mediante modelos basados en agentes, con atención a la estructura y evolución de los vecindarios.

Hola!
La nota que leíste recién fue escrita por Mariano Fernández Zaragoza, y es una introducción a los modelos generativos de los fenómenos sociales. También fue compartida hace unos días por Revista desenfoque.

Si te interesa entender la sociedad desde sus mecanismos subyacentes, no te pierdas los textos de teoría networkista. Pronto compartiremos más material.

Esperamos que te guste,
Filosofía del futuro.

1  Ejercicio mental inspirado en el capítulo Sorting and Mixing: Race and Sex, que aparece en Micromotives and Macrobehavior (1978) de Thomas C. Schelling, economista laureado con el Nobel en el 2005.

2  El concepto de vecindario es una relación que trae dos preguntas importantes. (A) Simetría: ¿Si Manuel está en el vecindario de Juan, Juan debe estar en el de Manuel? (B) Reflexividad: ¿Pertenece Pedro al vecindario de Pedro?

3  Observemos que el vecindario de un invitado, una vez que se hace la cena, podría ser algo medible o inferible. Pero en este momento, en el que estamos tratando de pensar la mejor manera de organizar la cena, necesitamos tener diferentes hipótesis sobre cómo es un vecindario y razonar acorde a ellas.